¿Necesitamos brújulas psico-lógicas y emocionales en la vida en un mundo complejo y cambiante?
Sí, sin duda.
O dicho de otro modo: ¿es útil tener algunas claves para convivir con la incertidumbre, el miedo? También sí.
Aunque no siempre lo pensemos así, todos tenemos algunas brújulas que nos orientan en nuestra vida. Todos buscamos formas de orientarnos en medio del caos, de lo inesperado, de la complejidad, bien a nivel personal, profesional, empresarial. Como decía P. Watzlawick, “cada persona es el constructor de su cambio, capaz de rediseñar su realidad al transformar la forma en que la percibe y actúa sobre ella.” Sin un mapa, sin una brújula, vivir se hace mucho más difícil.
Todos somos conscientes —de forma más o menos nítida— de que vivir implica dificultades, decisiones, sorpresas, vivir es una aventura. Por eso, la vida es una constante búsqueda de sentido, de dirección, de equilibrio entre moverse y detenerse. Siempre estamos intentando ser la mejor versión posible de nosotros/as mismos/as (aunque no siempre lo logremos, y eso también está bien). Cuando digo la mejor versión de nosotros/as mismos/as incluyendo debilidades y fortalezas, vulnerabilidades y superaciones. Todo ello es necesario.
Las diferentes opciones que se nos presentan nos obligan a pensar, a decidir, a cuestionarnos. Incluso no decidir es ya una decisión. Vivir es, inevitablemente, pensar sobre cómo vivir. Y, por supuesto, todos buscamos lo mismo: bienestar, felicidad, cierta calma en medio del movimiento.
Entonces, ¿cómo encontrar algunas certezas que nos permitan manejarnos con el miedo que puede aparecer en un mundo donde lo único seguro es el cambio?
La respuesta no es simple. Pero sí sabemos esto: toda persona, en ciertos momentos y situaciones, se inquieta y experimenta miedos, ansiedad y dudas. Y en ese proceso, a veces necesitamos parar y pensar; otras veces, lanzarnos y actuar.
En estas circunstancias donde se instala el miedo, estrés, necesitamos soluciones adaptadas a nuestra situación concreta, pues como decía Paul Watzlawick, “la receta es que no hay recetas”, un trabajo flexible y riguroso. No hay fórmulas mágicas. Se hacen necesarias herramientas, ideas y preguntas para que cada uno construya su propio camino. Una (s) brújula (s) personal, única, solo tuya.
¿Cómo manejarnos con la incertidumbre (algunos trucos)?
- Mirar el cambio como un terreno en el que explorar, descubrir, tanto lo que nos gusta como aquello que nos genera rechazo.
- Desarrollar nuestra flexibilidad y capacidad de adaptación, incluyendo pequeños cambios cotidianos en cuestiones muchas veces sin importancia, pues nos dará esa habilidad para incluir novedad en nuestro día a día.
- La vida seguirá cambiando. No hay forma de evitarlo. Pero tal vez sí puedas acercarte a esos cambios en lugar de resistirte a ellos. Mira a la vida de cara.
- Identifica qué emociones te genera esa situación cambiante: miedo, ira/enfado, dolor/sufrimiento…
- Utilizar herramientas de regulación emocional para manejar el miedo sin evitarlo, y utilizar soluciones centradas alejadas del control excesivo.
- Empieza a pensar que lo que le funciona a una persona no tiene por qué funcionarte a ti también. Huye de aquellas soluciones que aparentemente son útiles para todo el mundo, prueba y si no funciona utiliza otra cosa diferente.
Como psicólogo en Valencia estoy especializado en el tratamiento de miedos, fobias, obsesiones. Desde la terapia trabajo para identificar las soluciones que no te han funcionado (y aquellas que sí te han ayudado) e incluso han incrementado el miedo, el estrés, la ansiedad, y sustituirlas por alternativas más funcionales.