Liderar sin certezas: una habilidad necesaria para directivos
Hablemos claro: la incertidumbre no es algo nuevo en el terreno directivo. Es parte del juego desde que el ser humano empezó a pensar. Lo que hoy llamamos no saber no es una debilidad, sino el entorno natural donde tomamos decisiones, innovamos o nos bloqueamos en el ámbito empresarial y directivo. La diferencia está en cómo la abordamos.
La certeza absoluta no existe. Solo está en nuestra mente. Y esa mente, aunque brillante, a menudo confunde lo que interpreta con lo que realmente ocurre. Esta confusión —entre lo que creemos que sucede y lo que está pasando— es una fuente habitual de errores, conflictos e incluso de bloqueos en liderazgo y equipos.
La trampa de querer entenderlo todo
Uno de los grandes errores en la gestión de personas y proyectos es pensar que la realidad se puede controlar o anticipar totalmente. Nos encanta pensar en términos de causa-efecto, pero como bien decía Paul Watzlawick, “el lenguaje construye la realidad… que luego sufrimos”. Es decir, nuestras palabras, modelos y expectativas moldean la forma en que percibimos el mundo. En el directivo también
¿Y si te dijera que estás intentando que un gato ladre? Así lo plantea Byron Katie en Amar lo que es. A veces, por muy buena que sea nuestra intención, intentamos modificar una realidad que simplemente no va por ahí. Lo que no aceptamos, nos desborda. Lo que no comprendemos, lo queremos forzar, y queremos que la realidad empresarial sea la que cada uno desea. Pero liderar personas no va de eso, va de que un día te levantas y tienes todo muy bien organizado, reuniones, entrevistas, con colaboradores, y surge cualquier imprevisto, que por pequeño que sea, a a suponer que tengamos que hacer algo diferente, que tengamos que adaptar nuestra agenda, que tengamos que ser flexibles. Y claro que nos jo… pues intentamos, como decía antes que la realidad se ajuste a nosotros y no al revés. Liderar va de vivir en la incertidumbre, de surfear en la complejidad. Y simplemente me he referido a un pequeño cambio a nivel organizativo. Pero en multitud de situaciones el cambio no es mínimo, sino que cambian varias cosas al mismo tiempo, tanto en lo personal (mi hijo se ha roto el tobillo y tengo que ir al hospital) como en lo profesional (hay que tomar la decisión de despedir a un colaborador), como en el entorno empresarial (la competencia lanza un producto con un valor añadido) o en el entorno más macro con situaciones catastróficas (COVID-19; Apagón; DANA…).
El problema no es el cambio. Es cómo lo gestionamos. Es qué hacemos o no hacemos.
Creemos que sabemos lo que va a pasar. Hacemos predicciones, planes, agendas. Pero como recuerda Nassim Taleb en El Cisne Negro, un pavo puede sentirse muy seguro… justo hasta el día antes de Acción de Gracias. La seguridad no siempre es lo que parece. Y muchas veces, lo que más tranquilidad da… es lo que menos la garantiza. Parece todo muy tranquilo en el equipo, hay mucha calma. En esas situaciones, atento.
La verdadera habilidad no está en tenerlo todo bajo control, sino en saber navegar cuando el viento cambia. Y lo hace constantemente.
El autoengaño del “yo lo sé”
Los líderes también proyectan: confunden su expectativa con la realidad. Necesitamos sentir que tenemos respuestas, que podemos ofrecer seguridad a nuestro entorno. Pero ¿cuántas veces, en lugar de decir “no lo sé”, improvisamos un argumento? ¿Cuántas veces nos aferramos a tener razón, incluso desde la buena intención?
Aceptar el “no sé” no es debilidad, es liderazgo maduro. Reconocer que estamos en proceso, que el cambio nos obliga a revisar creencias, que la duda no es parálisis, sino antesala de la transformación.
La propuesta
Te propongo que observes cómo te relacionas con lo incierto:
- ¿Eres capaz de sostener preguntas sin respuesta inmediata?
- ¿Puedes aceptar no saber sin ansiedad, sin miedo, ni culpa?
- ¿Reconoces cuándo estás tratando de imponer tu perspectiva para no sentirte vulnerable?
Este tipo de autoconciencia no es solo útil. Es necesaria. Porque liderar hoy no va de tener todas las respuestas, sino de crear las condiciones para explorar nuevas. Liderar va de estrategia y de adoptar una postura empática y humanista, así como de incrementar la capacidad para analizar lo que no funciona y lo que sí e implementar soluciones eficaces y eficientes sabiendo utilizar una comunicación persuasiva y de impacto que promueva el cambio en los colaboradores. Cuánto de cada, depende de las circunstancias, de las condiciones, hay está la verdadera dificultad, la necesidad de modificar y adaptar la trayectoria constantemente.
Impulso el cambio en empresarios y directivos en Valencia – Problem Solver Coach Estratégico – Trainer en liderazgo empresarial – Alta Performance
¿El exceso de control te consume energía, pero no reduce tu ansiedad, tu miedo ni incrementa tu productividad? Si inviertes gran parte de tu tiempo pensando, planificando o actuando para manejar el miedo o la ansiedad, no estás liderando. Es momento de abordarlo de otro modo.
Cuento con más de 25 años de experiencia trabajando con directivos y profesionales en el desarrollo de un liderazgo estratégico, humanista y resiliente. Te acompaño en un proceso práctico y eficaz para recuperar foco, claridad y capacidad de decisión en contextos de alta exigencia e incertidumbre.