Psico-Lógico: Impulso el cambio y entreno la resiliencia en directivos

Cambiar ¿es fácil o difícil?

2-09-2025. Cambiar hábitos ¿fácil o difícil?

¿Te gustaría introducir un hábito en tu vida? ¿Quieres cambiar un comportamiento y no sabes cómo o sí lo sabes pero no te decides o no lo mantienes en el tiempo? Te propongo en el siguiente artículo algunas ideas y herramientas que pueden resultarte útiles.

Estamos de vuelta de vacaciones y suele ser uno de los momentos en el que nos planteamos cambios en nuestros hábitos, momento en el que tenemos la intención de hacer algo diferente en nuestro día a día, en nuestras rutinas. Por ejemplo, hacer deporte, caminar, leer más, aprender algún idioma, comer sano y cosas por el estilo. Estas cuestiones son relevantes, pero pensemos también en cambios de mayor trascendencia, en problemáticas relacionadas con el miedo, con la ansiedad, en las que la persona tiene que comenzar a hacer algo diferente si quiere encontrar soluciones a su problema. También podemos poner el foco en otro tipo de situaciones, como la de la directiva que llega a casa, después de un día complicado y no consigue desconectar de lo que le ha sucedido en el trabajo, y para la que también es indispensable encontrar mecanismos que le faciliten introducir rutinas, no solo en cuanto a ejercicio físico, sino herramientas que hagan disminuir la idea rumiativa que tiene en su cabeza y que no desaparece por más que lo intente, y que le resta energía.

Todos estos aspectos están relacionados con hábitos, con comportamiento que queremos introducir en nuestra vida, así como con las emociones con las que tenemos que aprender a relacionarlos de un modo más eficaz y equilibrado. El cambio está relacionado, en parte, con cómo percibimos nuestra realidad y con lo que sentimos, así con cómo nos relacionamos con nosotros mismo y con los demás (Watzlawick, 1992).

La respuesta a la pregunta del título sobre si cambiar hábitos es fácil o difícil tiene muchos matices. Básicamente no es cuestión de que sea fácil o difícil sino cómo hacerlo, cómo ponerlo en marcha, y qué herramientas utilizar para llevarlo a cabo. Lo difícil es hacer sencillo lo complicado (Watzlawick, 1992). He escuchado multitud de veces en consulta, en boca de los pacientes/consultantes y directivas con las que trabajo, aquello de que las personas de alrededor, sus familiares, amigos, de que es fácil hacer un cambio, simplemente con esforzarse es suficiente, y que, por lo tanto, si no lo hacen es porque o no quieren o no se esfuerzan lo suficiente. Hay cambios que, en ocasiones, los llevamos a la práctica de un modo más rápido que en otros momentos. No siempre ocurre de este modo, porque necesitamos conocer el proceso acerca de cómo cambian las personas. Y, como decía anteriormente, en el cambio están implicadas muchas variables, percepciones, emociones, pensamientos… Por lo tanto, no es solo cuestión de querer o no querer, sino de cómo hacerlo.

Habitualmente pensamos que con desear un cambio, ya estaría hecho, pero cambiar hábitos implica, también, entre otras cosas esfuerzo, sacrificio, aunque como he dicho no solo eso, sino un manejo y conocimiento de nuestras emociones, como el miedo, o el enfado que nos permiten introducir un cambio. En muchas ocasiones nos gustaría que el hábito ya estuviera incorporado en nuestra vida. Como dice Juan José Millás (2019) queremos estar en la presentación de un libro sin que lo hayamos escrito, sin el sacrificio que supone realizar dicha tarea. Para que haya sacrificio hay que conocer también que nos limita, que nos bloquea para liberarnos de ello y ponernos manos a la obra. Por lo tanto, la ilusión, el deseo nos movilizan hacia el cambio, y necesitamos, además, algunos principios y herramientas que nos permitan comenzar a cambiar y mantener dichos cambios en el tiempo. A continuación, propongo algunos principios, herramientas que pueden resultar útiles y prácticos.

  1. Hay que comenzar con pequeños cambios. Un pequeño cambio lleva a otro cambio y así sucesivamente.
  2. Fraccionar el objetivo en metas que se pueden ir adquiriendo, ni poco, ni mucho, en su justa medida. Poco puede ser aburrido y mucho puede ser excesivo.
  3. Manejar los obstáculos que pueden aparecer en el proceso de introducir un cambio en nuestra vida. Reconocer dichos obstáculos, tanto los que nos ponemos a nosotros mismos, como los que nos pueden poner los demás, e incorporar estrategias que faciliten su superación.
  4. Hacernos la pregunta de ¿qué excusas nos solemos poner para no hacer lo que nos hemos propuesto?
  5. Gestionar las emociones, como el miedo, el placer, la rabia, el dolor (sufrimiento) que aparecen cuando estamos cambiando algún comportamiento en nuestras rutinas, cuando queremos aplicar soluciones.
  6. Encontrar no solo objetivos o metas sino brújulas que nos guíen en el proceso de cambio y en mantener el esfuerzo que estamos realizando.